Caras vemos, corazones no sabemos…

A propósito del Día Mundial de Lucha contra la Depresión, 13 de enero, te invitamos a reflexionar sobre este tema. Si te sientes muy triste, desmotivado(a) y te estás aislando, no esperes a estar mal para acercarse a hablar con alguien sobre lo que te preocupa y afecta. No te aisles ni vivas en silencio tu malestar... ¡pide ayuda!

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El jueves 13 de enero se celebra el Día Mundial de la Lucha contra la Depresión y te invitamos a detenerte a pensar en qué significa esto.  

La depresión se ha entendido como una pérdida del estado de ánimo que no nos permite disfrutar de nuestra vida y de los encuentros con otros, la presencia de un sentimiento de tristeza y soledad que quita las ganas y el sentido de lo que hacemos. 

En el mundo, la depresión es la principal causa de discapacidad afectando en su mayoría a las mujeres (OMS, 2021).  A su vez, Rossi et. al (2019) destacan en su estudio, la presencia elevada de sintomatología depresiva en estudiantes pertenecientes a universidad chilenas. 

Una de las mayores dificultades para el acceso a un tratamiento oportuno de la depresión ha sido la estigmatización asociada a esta problemática. “Ir al psicólogo es para locos”, “yo puedo sola, no necesito ayuda”, “se me va a pasar”, “no quiero depender de un medicamento”, “no quiero preocupar a nadie”, en el fondo: “¿cómo yo voy a estar tan mal?, ¡no puedo!”. 

Sin embargo, justamente es clave no esperar a estar mal para acercarse a hablar con alguien sobre lo que nos preocupa y afecta. La depresión nos invita al aislamiento y a vivir en silencio su malestar. Pero... ¡ESTÁ BIEN NO ESTAR BIEN! 

Es esperable sentir tristeza cuando extrañamos a alguien; está bien necesitar apoyo de otras personas para resolver nuestros conflictos; está bien que nos demos el espacio para detenernos a atender lo que nos sucede y no solo seguir como si nada, porque… caras vemos, pero corazones no sabemos. 

A veces creemos que es algo que solo nos pasa a nosotros(as), que todo anda para los(as) demás menos para uno(a), cuando en realidad detrás de todo eso, existe un sufrimiento interno y solitario que solo hace aquejar y alejar a unos(as) de otros(as), sin que lo notemos.

Uno de los signos predominantes del ánimo depresivo tiene que ver con el aislamiento y la ruptura de los vínculos cercanos, no solo con las personas sino también con aquello que se disfrutaba. 

Entonces desde el Programa de Prevención de la Depresión, queremos proponer a toda la comunidad universitaria levantar sus cabezas y mirar alrededor, volver a vincularnos y acercarnos a hablar, a conocer a quienes están a nuestro alrededor, con quienes se comparte día a día y hacer comunidad. 

Porque no es “raro” quien reconoce el dolor y la tristeza; no está “loco(a)” el que decide recuperar el deseo y la capacidad de disfrutar; no está “mal” quien dice que necesita de otros(as) para ser feliz. Justamente, está bien quien se da cuenta que no está bien y puede decirlo.

La universidad ofrece nuevos saberes, y con ello también nuevas y variadas experiencias y vínculos, no solo con pares, sino que también con quienes la conformamos: funcionarios(as), equipo docente, estudiantes, ayudantes, entre muchos(as) otras personas. Por eso es clave tomar lo que la universidad nos ofrece y hacer vida universitaria, para no deprimir, para no sucumbir en el imperativo del rendimiento y el logro. 

Si me siento bien, puedo pensar y concentrarme, si me siento acompañado… puedo.

Es así como se lucha contra ese sentimiento de desconexión en el que nos deja el estado depresivo. Se lucha contra el silencio y la vergüenza de una sociedad que ha olvidado el valor de la palabra, de su vínculo con el cuidado mutuo, para hacer de la vida algo placentero. 

Hablemos.

Si lo necesitas, escríbenos a mbaqueda@uc.cl o a mperalp@uc.cl 

Caras vemos, corazones no sabemos… Caras vemos, corazones no sabemos… Caras vemos, corazones no sabemos… Caras vemos, corazones no sabemos…

Unidad de Salud Mental