Ansiedad en situación de prueba

Generalmente, todos tenemos algún grado de nerviosismo o tensión antes de las pruebas o de otros eventos importantes en nuestra vida. Un poco de nerviosismo puede incluso ayudar a movilizarnos; sin embargo, si es mucho puede llegar a ser un problema, especialmente si interfiere con nuestra habilidad para prepararnos para los exámenes o para rendirlos.
Manejando la ansiedad


El primer paso es distinguir entre dos tipos de ansiedad. Si tu ansiedad es el resultado directo de la falta de preparación, considérala una reacción normal y racional. Sin embargo, si estás suficientemente preparado pero caes en el pánico, quedas en blanco y/o sobre reaccionas, tu reacción puede no ser racional. Aunque estos dos tipos de ansiedad pueden ser experimentados por cualquier persona normal, es útil saber cómo contrarrestarlas.

La preparación puede ayudar

Prepararse puede ser la mejor manera de disminuir la ansiedad racional. Considera lo siguiente:

  • Evita dejar todo para el final. Tratar de estudiar toda la materia de un semestre el día anterior es una mala manera de aprender y puede fácilmente producir ansiedad. Ese no es el momento de tratar de aprender mucha materia.
  • Combina toda la información que has ido recibiendo a lo largo del semestre y trabaja en el dominio de los conceptos principales del curso.
  • Cuando estudies para la prueba, piensa qué preguntas podrían hacerte  y trata de responderlas integrando ideas de las clases y textos.
  • Si no puedes abarcar todo el material del semestre, selecciona lo más importante que puedas abarcar.

Cambiando la actitud

Cambiar tu perspectiva sobre la experiencia de dar una prueba puede ayudarte a disfrutar el estudio y mejorar tu desempeño. No sobreestimes la importancia de la nota: no es un reflejo de cuánto vales ni predice tu futuro.

  • Recuerda que la expectativa más razonable es tratar de demostrar lo que sabes.
  • Recuerda que una prueba es sólo una prueba, habrán otras.
  • Evita pensar sobre ti mismo de un modo irracional o en términos de todo-o-nada.
  • Recompénsate después de una prueba: ve una película o sal con amigos.

No olvides lo básico

Los estudiantes que se preparan para una prueba dejan a menudo de lado sus necesidades básicas biológicas, emocionales y sociales. Para rendir lo mejor que puedes, no debes descuidar estas necesidades. Piensa en ti mismo como una persona total, no sólo como un individuo que rinde pruebas.

  • Continúa con los hábitos de buena nutrición y ejercicio. Continua con tus actividades sociales y de recreación: todas contribuyen a tu bienestar emocional y físico.
  • Estudia a un ritmo moderado, introduce pausas y  variedad en tus actividades cuando es necesario.
  • Duerme lo suficiente la noche antes de la prueba: cuando estás muy cansado, no funcionarás de manera óptima.
  • Cuando te sientas preparado para la prueba, haz algo que te relaje.

El día de la prueba

  • Comienza tu día con un desayuno moderado y evita el café si te acelera.
  • Trata de hacer algo relajante en  la hora antes de la prueba: llenarse la cabeza de materia a último minuto puede entorpecer tu manejo de los conocimientos.
  • Llega al lugar con tiempo.
  • Evita compañeros que te pongan nervioso.

Durante la prueba: estrategias básicas

Antes de empezar a contestar, tómate unos minutos y haz lo siguiente:

  • Revisa la prueba y lee las preguntas o instrucciones dos veces. Trata de pensar la prueba como una oportunidad para mostrarle al profesor lo que sabes; luego organiza tu tiempo. Trabaja en los puntos más fáciles primero.
  • Para preguntas de desarrollo, hazte un pequeño esquema para ti mismo. Para preguntas de respuesta corta, responde lo que te preguntan, sé breve y preciso.
  • Para respuestas de selección múltiple, lee todas las alternativas primero, luego, descarta las más obvias. ¿Inseguro de la respuesta correcta? Confía en tu primera impresión. Ten cuidado con los calificativos como “sólo”, “siempre” o “la mayoría”.
  • No te apures. Usa reloj y chequéalo.

Durante la prueba: controlando la ansiedad

  • Puedes decirte a ti mismo: me podré poner nervioso después, ahora es el momento de dar la prueba.
  • Concéntrate en responder, no en la nota o el desempeño de los demás.
  • Contrarresta pensamientos negativos con otros más válidos, como por ejemplo “no tengo que ser perfecto”.
  • Contrae y relaja los músculos de tu cuerpo.
  • Respira un par de veces profunda y lentamente.
  • Piensa un momento en la recompensa que te darás a ti mismo después de la prueba.

Después de la prueba

Ya sea que sientas que te haya ido bien o mal, date una recompensa después de la prueba  y disfrútala. No te quedes pegado en los errores que puedas haber cometido. No comiences a estudiar inmediatamente para la próxima prueba, date un respiro.

Traducido de “The Board of Trustees of the University of Illinois”, 2005

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Unidad de Salud Mental